LAS DIFERENTES “EDUCACIONES” Y EL PAPEL DEL ARTISTA
Y DEL EDUCADOR DE MUSEO
Christopher Naylor
Al discutir el impacto de la sociedad de la información en
la “educación museística” - término que se usa en el Reino
Unido para referirse a los programas educativos que
desarrollan una educación visual y cultural en museos y
galerías- es importante que distingamos entre los distintos
tipos de función educativa que la “educación museística”
incorpora. La “educación museística”, al ser una nueva área
de práctica, puede que tenga que hacer algún progreso al
respecto. Después de hacer tales distinciones se hace más
claro cual es el papel especial del educador de museo- y de
las ventajas y desventajas de este tipo de educación dentro
y fuera de las galerías y museos.
En el Reino Unido, el deseo de contribuir decisivamente a
justificarse y a una financiación de asociación ha llevado
a la “educación museística” a probarse a si misma
trabajando sobre el currículum escolar. Sin embargo, esto
no solamente ha llevado a incluir en los resultados a
asignaturas no artísticas sino también a actividades
curriculares relacionadas entre si e incluso a actividades
extra curriculares. Mientras mucho de esto está basado en
la llamada “transmisión de conocimientos”, habría que
resaltar que objetivos educativos tales como la apreciación
crítica, la aptitud para comunicarse, o la creatividad no
tienen que ver con los conocimientos. La enseñanza de la
creatividad, es probable que implique un aprendizaje con un
final abierto, experimentos e incluso riesgos – y la mejor
manera de aproximarse a ella es a través de talleres o
proyectos con “artistas-educadores”. Mientras tanto se
puede aducir que el verdadero propósito de la “educación
museística” en el Reino Unido trata más de dar poder a la
cultura que a la transmisión de conocimientos, construyendo
accesos desde todas las partes de la sociedad al
desmitificar a la institución cultural y al ampliar “el
usufructo” y la confianza. Especialmente en las artes
visuales, tal cesión de poder a la cultura puede incluir la
lectura visual, el desarrollo de las herramientas básicas
para que “el/la espectador/a” experimente y responda al
arte y así tomar parte en él.
Esto tiene implicaciones muy importantes para el diseño y
la práctica de los programas de la “educación museística” –
y para el papel de los educadores de museo y de los
“artistas-educadores” que apoyan encuentros con el arte que
sean inspirados y memorables.
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